jueves, 30 de julio de 2009

Hispanofobia


Las barbaridades de Bernat Joan, Secretari de Política Lingüística de la Generalitat


http://www.cronica.cat/opinion/Bernat-Joan/Perills-de-xenofobia

miércoles, 29 de julio de 2009

"La ingrata conducta del pueblo catalán..."


Una columna publicada en El País donde Joan B. Culla i Clarà, sigue hablando de catalanofobia (la palabra de moda).


http://www.elpais.com/articulo/opinion/ingrata/conducta/pueblo/catalan/elpepuopi/20090728elpepiopi_12/Tes

viernes, 24 de julio de 2009

La catalanofobia


La opinión de José Domingo


Hace unos años visité el Parque Natural de Monfragüe en la provincia de Cáceres. El entorno es idílico, las aguas fluyen por doquier y en primavera el color blanco de la flor de jara hace que el campo parezca nevado. Entre los visitantes, me llamó la atención un grupo de jóvenes catalanes que criticaban desaforadamente a algunas personas que les habían censurado su origen catalán.

Cuando me acerqué a ellos para interesarme por el incidente, observé que dos de ellos llevaban una camiseta que en el pecho contenía la siguiente pregunta: ‘Jo, espanyol?’ La respuesta al enigma se encontraba en la espalda. Un monigote se desternillaba de risa y contestaba con un clarificador ‘Jo sóc català’.

El debate de financiación autonómica ha puesto de actualidad otra vez el: “Y tú más”. Entiendo legítima la aspiración de algunos Gobiernos de las Comunidades Autónomas de obtener el máximo de ingresos para sus arcas. Lo preocupante es que esa sana aspiración suele venir trufada de calificativos delirantes, y todavía es más demencial que sea el propio Gobierno de España el que los fomente.

Es evidente que algunos generadores de opinión han salpimentado un debate que debiera ser estrictamente técnico con descalificaciones innecesarias y genéricas sobre el resultado de las negociaciones bilaterales entre los políticos catalanes y el Gobierno de España. Ahora bien, no me parece sensato azuzar desde este último Gobierno estos comentarios en los que se trata de denunciar la supuesta catalanofobia existente en algunas regiones. El ministro de Política Territorial ha incurrido en un grave error político poniendo el dedo en la supuesta catalanofobia existente en algunas partes del resto de España, cuando su principal tarea es acabar con los jóvenes provocadores de la camiseta.

lunes, 20 de julio de 2009

sábado, 18 de julio de 2009

Acabemos como sea


Francesc de Carreras en La Vanguardia


Tras un año de reales o fingidas angustias, y también de ridículo, el establishment catalán – Cámara de Comercio, Fomento, sindicatos y todo lo que representan - ha tirado de nuevo la toalla: acabemos ya, como sea, con la dichosa financiación autonómica. Digamos que sí. Lo mismo pasó con el Estatut: aprobemos cualquier texto, qué más da, pero pasemos página a este absurdo asunto en que nos han metido y que nos impide abordar tanto lo urgente como lo importante. En ambos casos no les ha faltado razón.

Pero la realidad es la realidad. Y lo cierto es que el sistema de financiación aprobado tiene poco que ver con lo dispuesto en el Estatut. Las leyes, por lo visto, están para incumplirlas. Sin embargo, las cifras que se manejan – siempre hipotéticas, ya que dependen de lo recaudado – parece ser que complacen a los gobiernos de las comunidades autónomas. Ya se sabe: Zapatero, de entrada, complace siempre. En conclusión, para este viaje no hacían falta tantas alforjas: sin el nuevo Estatut podríamos tener las mismas cifras que ahora se prometen.

Cifras y letras o el fuero y el huevo. Ambos podrían ser el titular de esta columna. El tripartito se ha apuntado a las cifras y al huevo; PP y CiU a las letras – las letras del Estatut, en el caso de CiU – y al fuero. Curiosamente, ERC se ha vuelto pragmática y CiU fundamentalista. Los papeles, pues, se han invertido: cosas del poder político, ese instrumento corruptor, en especial de la inteligencia y de la coherencia. El PSC, entretanto, deslizándose como una sigilosa anguila entre las rocas de las turbias y frías aguas de un profundo río.

Pero tras las bambalinas del teatro está la realidad, en nuestro caso están los catalanes, una sociedad desorientada, confusa, harta y apática por tanto ajetreo inútil. Y aún no hemos acabado. Falta la sentencia, la más esperada sentencia de la historia de España que, se supone, esclarecerá aquello que dice en realidad el Estatut: su letra y su espíritu, santo por supuesto. Nadie quedará contento, suele decirse. No es cierto: muchos pensarán, diga lo que diga la sentencia, que por lo menos ya hemos acabado con el asunto: ¡menos mal! Ara, anem per feina, dirá satisfecho el catalán medio.

Pues bien, se equivoca el catalán medio. Esto no va a parar: en realidad no para desde hace 30 años. El Govern y CiU están construyendo una nación, algo muy complejo: una gran obra de ingeniería social y mental. Ya pensarán nuestros políticos en algún nuevo entretenimiento. Pero de lo que se trata no es de lo que piensen nuestros políticos, de lo que se trata es de lo que piensen los ciudadanos: sobre todo los que votan a desgana o se abstienen de votar, casi la mitad. Si el establishment catalán proclamara en público lo que dice en privado, la comedia se acabaría pronto. Mientras digan “acabemos como sea”, esto será el cuento de nunca acabar.

Carod quiere ir a la luna...

miércoles, 15 de julio de 2009

martes, 14 de julio de 2009

La discriminación no es positiva


Xavier Pericay en ABC


Ejemplos los hay a miles. En todas partes y en cualquier época. Basta con que un gobierno se proponga favorecer a ciertos colectivos en vez de ocuparse de cada ciudadano por igual, sin distinción de raza, sexo, lengua, ideología o religión. O sea, basta con que un gobierno, por propia iniciativa o a instancias de no se sabe qué intereses más o menos decorosos, se proponga arreglar el mundo y, en vez de limitarse a garantizar, como sería su deber, que ningún individuo va a ser discriminado, se fije como objetivo que algunos miembros de la tribu, singularizados por determinados atributos, disfruten de unas prebendas que a los demás les están vedadas.
Entre los ejemplos antiguos, merece la pena recordar el aportado por Joseph Roth en uno de los artículos de su «Viaje a Rusia», fechado a comienzos de 1927. Explica Roth que las universidades soviéticas, tras años de alfabetización intensiva, no daban abasto, por lo que los políticos resolvieron que los hijos de campesinos y obreros tuvieran preferencia a la hora de acceder a la educación superior. Que muchos de ellos -lo constató el propio escritor en Leningrado- fueran manifiestamente incapaces de construir una frase con un mínimo de corrección, no constituía óbice alguno. Allí sólo contaban la ideología y sus intereses.
Como sucede también en el caso, mucho más próximo, de la flamante Ley de Educación Catalana -aunque aquí la ideología se vista de lengua-. La consagración del catalán como única lengua de enseñanza en Cataluña descansa en el cuento de que el idioma llamado propio requiere cuidados especiales y esos cuidados sólo se los puede facilitar un sistema educativo catalanizado de cabo a cabo. Lo cual no sólo es una barbaridad en lo tocante a los derechos de los ciudadanos, sino que, encima, es contraproducente para la supervivencia misma del idioma en cuestión. El uso del catalán, sin ir más lejos, ha perdido en el último lustro -el más impositivo de los seis que llevamos de normalización lingüística- más de 10 puntos porcentuales.
Y es que la discriminación siempre es negativa. Incluso la positiva. La mayoría de los datos -como ha demostrado Thomas Sowell en «La discriminación positiva en el mundo»- así lo corroboran. Y, aparte de los datos, lo corrobora la aplicación sensata de la ley. Y, si no, que se lo pregunten a la juez Sonia Sotomayor, candidata de Obama al Tribunal Supremo de EE UU, que acaba de ver cómo el mismo tribunal del que aspira a formar parte ha amparado en una sentencia a unos bomberos de raza blanca que habían perdido el puesto de trabajo por el color de su piel y a los que ella, siendo juez federal, no quiso dar la razón.

jueves, 9 de julio de 2009

Carod premia al personal de sus "embajadas" con hasta 12.000 euros en dietas


Noticia publicada en ABC


Conocer la cifra de personal, agenda y actividades de las «embajadas» catalanas en el exterior es prácticamente imposible, dado el oscurantismo con el que el vicepresidente de la Generalitat, Josep Lluís Carod-Rovira, trata este asunto. Pero sí se sabe que trabajar al frente de estas oficinas es muy lucrativo. Cada uno de los empleados de estas delegaciones dispone de hasta 12.000 euros al mes en concepto de dietas -comida y alojamiento- sin necesidad de justificación documental. Estos gastos no incluyen el sueldo del personal, que en el caso del delegado está equiparado al de un director general, es decir, 88.000 euros.
Esas indemnizaciones varían en función del país de destino. Por ejemplo, los empleados de la oficina que la Generalitat tiene en Nueva York, dirigida por Andrew Davis -un ex becario experto en nacionalismo catalán-, disponen de 12.000 euros en dietas. Esta oficina, situada en el el exclusivo Rockefeller Plaza, fue inaugurada el pasado 22 de enero en un acto al que asistieron 400 personas.
Mutismo
El coste del evento se desconoce, al igual que el número de personal que trabaja en la misma y las actividades que realizan. Pero sí se sabe que el viaje de Carod y su comitiva de diez personas para asistir a la inauguración ascendió a 80.940 euros.
Tal como publicó ABC, delegados del Quebec, que comparten dependencias con Andrew Davis, aseguran que estas dependencias suelen estar vacías y que es necesario concertar cita telefónica previa.Cuando Carod es interrogado al respecto, se remite a la partida presupuestaria destinada a estas oficinas -2,2 millones de euros para este año, lo que supone un aumento del 63% respecto a 2008- o a los decretos que regulan estas oficinas en el exterior.
A los «diplomáticos» destinados en Berlín, Londres y París (Apel.les, hermano de Carod es el delegado en la capital francesa) se les ha asignado indemnizaciones por desplazamientos que superan los 9.000 euros al mes, mientras que aquellos que prestarán servicio en México y Buenos Aires -sedes que serán inauguradas próximamente- dispondrán de dietas mensuales superiores a los 7.500 euros, según consta en el decreto aprobado por el Gobierno tripartito en 2008, donde se regula las indemnizaciones por razón de servicio, tanto en los casos de residencia eventual -por ejemplo en las «embajadas»- como en las estancias breves. A pesar de la crisis económica, el republicano Carod ha defendido la existencia de estas oficinas, que tienen visos de convertirse en una red paralela a las oficinas comerciales que la Generalitat dispone alrededor del mundo. Carod es el máximo responsable de la acción exterior del Ejecutivo catalán, lo cual se traduce en constantes viajes al extranjero, un total de 24 desde que comenzó esta legislatura. De algunos de ellos, se sabe el coste, como el que llevó al dirigente republicano a Ecuador con la finalidad de conceder subvenciones al bilingüismo de los jíbaros (43.665 euros) o el que realizó a Maputo (Mozambique) para repartir preservativos (52.000 euros). Una visita a Jordania e Israel de dos días costó 38.789 euros.
Viaje a Cuba
Carod acaba de finalizar una estancia en Cuba, donde rindió homenaje a 300 catalanes que lucharon contra las tropas españolas por la independencia de la isla en 1898. El ansia viajera del vicepresidente ha abierto un debate en su propio partido, donde hay dirigentes de ERC a favor y en contra de que el vicepresidente se dedique a repartir subvenciones en un momento en el que déficit de la Generalitat se ha cuadruplicado y supera los 4.850 millones.

sábado, 4 de julio de 2009

ERC anima a recibir el Tour con ‘esteladas’ para difundir el mensaje independentista


http://www.vozbcn.com/2009/07/04/7755/erc-anima-tour-esteladas/

Una inspección de trabajo de "País"


Un artículo de José Domingo.


El tripartido, con el apoyo de CiU, quiere crear la Agencia Catalana de la Inspección de Trabajo. Cuando se materialice el traspaso de los funcionarios de la Inspección a Cataluña se habrá dirigido un torpedo letal contra el sistema de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social española que ha funcionado de una manera eficaz y eficiente hasta ahora.

Los que recurrentemente se empeñan en hacer, en la terminología al uso de la Cámara catalana, “leyes de País” estarán satisfechos porque con la creación de la Agencia se pondrá una nueva piedra para la construcción del “espacio catalán de relaciones laborales”. En cambio, los que defendemos los intereses de los trabajadores, los que nos preocupamos por su seguridad, los que estamos interesados en hacer valer los principios tuitivos del Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social no tendremos nada que celebrar.

A la consejera de Trabajo de la Generalidad, Mar Serna, palentina de origen, se le ha ido la mano a la hora de desarrollar el Estatuto de Autonomía. El artículo 170 transfiere la dependencia orgánica de los funcionarios de la Inspección y ella ha despachado un proyecto de Ley que pone las bases de un modelo propio de Inspección de Trabajo para Cataluña con unos principios rectores específicos.

En momentos de crisis, en los que la política de austeridad, debiera evitar la creación de órganos innecesarios se impulsa una nueva Agencia que conllevará una nueva remesa de altos cargos (presidente, director, Consejo de Gobierno, Comisión de seguimiento del Consejo de Gobierno). Además, se quiere aprobar un cuerpo propio de la inspección catalana: el Cuerpo de Subinspección de Seguridad y Salud en el Trabajo.

El resultado de todo ello es que el eficaz sistema único e integrado, generalista, de la Inspección de Trabajo en toda España será sustituido, en una nueva ronda de café para todos, por diversos sistemas de subinspección de carácter autonómico, con el consiguiente fraccionamiento de la coordinación y colaboración de los inspectores a nivel nacional. Una ronda que, una vez más, correrá a cuenta de los ciudadanos españoles.

jueves, 2 de julio de 2009

Llengua malalta


La escritora Isabel-Clara Simó pide en L´Avui más multas para los rótulos en castellano.


No tinc prou paraules per elogiar la feina que fan a Política Lingüística i les moltes destreses del meu amic Bernat Joan. He llegit, a més, l'enquesta que han fet amb l'Institut d'Estadística i he vist la feina acurada i eficaç que fan.

Un cop fets públics els meus aplaudiments, em queden, però, unes preguntes, que no veig qui me les ha de respondre. La llengua està malalta -malalta de mort- i observo analítiques encertades; veig també que el diagnòstic és intel·ligent i segurament encertat. Però el malalt, com el guarirem? On són els remeis? Com els aplicarem i qui els aplicarà? Sabem que el català retrocedeix, sabem que les recuperacions lingüístiques arriba un moment que ja no són possibles, i tenim tota mena de dades. Quin camí, però, hem de fer per evitar-ho? Es tracta d'accions variades, com ara la que proposen a Política Lingüística sobre el seu ús jurídic? Es tracta de resistir les envestides contra la immersió lingüística? Contra la tercera hora en castellà? Es tracta de fer campanyes? Bé: però no ho hem fet ja, tot això, i els resultats són minsos i la llengua continua retrocedint? Diuen que ja ha retrocedit tant al País Valencià i a les Illes que ja no hi som a temps de recuperar-la. A Catalunya encara hi ha qui té esperances. Però, a part de les accions parcials (el peix al cove de la llengua), hi ha alguna decisió política que almenys li abaixi la febre al malalt? Què passaria si, simplement, apliquéssim la llei de normalització lingüística, amb la qual gairebé ens afusellen perquè obligàvem (mira si som malvats) els botiguers a posar el rètol de la seva botiga en català? Estem massa acollonits per posar sancions? Estem cansats? Estem tan malalts com la llengua? Ai, ves!