lunes, 25 de noviembre de 2013

miércoles, 1 de mayo de 2013

jueves, 14 de marzo de 2013

miércoles, 6 de marzo de 2013

El Gobierno y la libertad lingüística: el deshonor y la guerra

Editorial de UPyD.


En la defensa de la libertad lingüística, al Gobierno se le puede aplicar la célebre sentencia de Churchill: "os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra, elegisteis el deshonor y tendréis la guerra". El Ejecutivo de Rajoy pudo legislar contra la discriminación lingüística que, objetivamente, se impone a millones de españoles en las Comunidades bilingües, pero no lo hizo. Pudo apoyar la Proposición de Ley de Unión Progreso y Democracia al respecto, una iniciativa que, fuera del viciado contexto español, sólo podría calificarse de impecablemente democrática. Pero el PP la rechazó. Hace unos días se supo que, en lugar de obligar a las CCAA a dar la opción a las familias de educar a sus hijos en castellano a través de la educación pública, el Ministro Wert había inventado un retorcido mecanismo en la esperanza de evitar la confrontación con los nacionalistas. Por supuesto, no lo logró. Una vez más, la Generalitat se sitúa por encima de la leyescenifica aparatosos desplantes y pone en marcha la maquinaria mediática que tiene alquilada con el dinero que no destina, por ejemplo, a la sanidad. Hoy sabemos que el Gobierno recula, atemorizado, y que las cosas seguirán como hasta ahora. A pesar de lo cual ya se anuncian nuevos actos patrióticos en contra de las sentencias judiciales que amparan el bilingüismo y a favor de la imposición, de la discriminación y de la marginación. No del castellano, que como lengua que hablan 500 millones de personas ni tiene derechos ni va a desaparecer de Cataluña, sino de las personas que desean ejercer su libertad, su derecho a educar a sus hijos en la lengua común. El deshonor y la guerra. Sin duda, el Gobierno se los ha ganado.

En el más puro estilo Rajoy, el PP no cree que haya que dar la batalla democrática contra el nacionalismo. Cargado de complejos y de hipotecas, rehén de barones territoriales del estilo de Jorge Fernández Díaz (a la sazón Ministro de Interior) o Alicia Sánchez-Camacho, víctimas de la miopía electoral que les lleva a deslizarse al catalanismo (o al vasquismo, o al galleguismo, a cualquier cosa menos al diabólico españolismo) para lograr el cariño de los nacionalistas pata negra, el gran partido conservador español ha dejado de ser español y de ser un partido: es una coalición de intereses locales. Así se explican sus melindres en la defensa de la igualdad de todos los españoles. Felices y aliviados después del batacazo electoral del mesiánico líder de CiU, creyendo desactivada la ofensiva independentista, confiados en que les haga el trabajo algún posibilista con suite en el Palace, olvidan que el nacionalismo va ganando. Cuando un gobierno autonómico puede saltarse las sentencias judiciales, cuando se anteponen supuestos derechos colectivos a los derechos individuales, cuando incluso el Gobierno adopta su lenguaje, los resultados electorales son sólo anécdotas desde una perspectiva histórica. El nacionalismo va ganando cuando, en el año 2012, bien entrado ya el sigo XXI, UPyD tiene que presentar una Proposición de Ley defendiendo aquello para lo que debería bastar la Constitución.

Como no se cansa de repetir Rosa Díez, el problema no son los nacionalistas, sino los partidos que deberían defender la igualdad pero se comportan como nacionalistas. UPyD es el único partido que mantiene un discurso nacional a favor de la igualdad. Hace años que el PSOE interiorizó la lógica de la diferencia y ya no tiene ni remordimientos. Las barrocas iniciativas de Wert podrían indicar que al PP sí le queda algún resto de mala conciencia, aunque bien pudieran ser señuelos para poder presentarse ante su electorado y decir: "lo intentamos, pero fue imposible". A veces se diría que la mayoría absoluta es una maldición para Rajoy, el hombre cuyo epitafio político será: "no pude hacer otra cosa".

25/09/2012 Gorriarán: "Existe la idea aberrante de que las lenguas tienen derechos y no los ciudadanos"