sábado, 27 de junio de 2009

Adiós, muchachos


Xavier Pericay en ABC


Si son ustedes de los que tienen algún hijo en edad escolar, y ese hijo o esa hija no ha empezado aún el bachillerato, háganme caso: recojan sus cosas —y, entre ellas al hijo o la hija, claro— y lárguense. De verdad, no se lo piensen dos veces. Por un lado, eso de Cataluña, se mire por donde se mire, está cada día peor. Pero es que, además, entre que la nueva ley de educación va a aprobarse dentro de nada y que el Gobierno de la Generalitat parece dispuesto a aplicar la iniciativa ministerial por la que los estudiantes de primero de bachillerato que suspendan tres o cuatro asignaturas no tendrán que repetir curso, cualquier demora en la huida será fatal. ¿Que adónde hay que ir? Pues depende de sus posibilidades. Si le alcanza para una temporada en el extranjero, y a poder ser en un país civilizado, no le dé más vueltas y emprenda el viaje ya mismo. Si sólo le llega para una mudanza doméstica —y perdonen el anglicismo—, traten, ante todo, de que el lugar de destino no forme parte de eso que llaman los Países Catalanes, no vaya a suceder que salgan del fuego para caer en las brasas. Y, luego, procuren que el Gobierno de la Comunidad en la que sienten sus reales no sea copartícipe de la mencionada iniciativa ministerial, que es como decirles que se aseguren de que los socialistas forman parte de la oposición.

Por supuesto, todos esos consejos no tienen otro horizonte que el bienestar de sus muchachos. Y es que si mal estaban las cosas para un aspirante a bachiller, peor van a estar en adelante allí donde se aplique esa barbaridad que acaba de bendecir el Ministerio de Educación. ¿Cómo quieren que tome algún interés por sus estudios un chaval al que, después de haber suspendido tres o cuatro asignaturas —o sea, el cincuenta por ciento de la materia cursada—, le permiten no repetir el curso entero y matricularse únicamente de las que tiene pendientes? ¿Y al que incluso le dejan matricularse de las demás, de las que ya tiene aprobadas, con la garantía de que si saca peor nota le va a contar la del año anterior? ¿Cómo quieren que alguien así participe de la clase y se integre en el grupo de alumnos que, al cabo —si no vuelve a suspender tres o cuatro—, va a ser el que lo acoja —si no suspende por tercera vez— en su último curso como bachiller? Por no hablar, claro, de las dificultades que todas esas componendas acaban generando en la organización de los centros docentes, cuyos responsables bastantes problemas tienen ya con la falta de espacio, la conflictividad del alumnado, las carencias del presupuesto y la inestabilidad —laboral y psicológica— de maestros y profesores.

Entonces, quizá se pregunten ustedes, ¿a qué viene esa iniciativa, si no favorece a nadie? No se me ocurre más que una respuesta: la estadística. Cuanto más tiempo permanezcan esos chicos matriculados, más tarde aparecerán en las estadísticas del abandono escolar. Y a un político, por desgracia, no le interesa nada más.

domingo, 14 de junio de 2009

sábado, 13 de junio de 2009

El tripartito pagó 11.950 euros por un informe sobre la mosca del melocotón.


Noticia publicada en ABC


A 663 euros el folio, es decir, 110.000 pesetas, ha pagado la Generalitat un informe titulado «Control y seguimiento de la mosca mediterránea de la fruta Ceratilis capitata en Barcelona». El estudio, encargado por la Consejería de Agricultura a Isabel Pujades Rovira, ha costado un total de 11.950 euros, forma parte de ese paquete de 1.500 trabajos encargados a dedo por el Gobierno catalán en 2007 y que actualmente son objeto de investigació por parte de la Fiscalía de Cataluña con la finalidad de determinar si hubo malversación de caudales públicos, tal como sostiene el sindicato Manos Limpias, dado que algunos de los beneficiarios son personas afines al tripartito -PSC, ERC e ICV-, como ex asesores o ex diputados. La suma de todos esas adjudicaciones, que soslayan el concurso público porque su importe no superan los 12.000 euros, ascienden a 31 millones de euros.
PlayStation catalana
Curiosamente la misma cifra que el Gobierno catalán pagará en ayudas por la compra de vehículos. Una cantidad nada desdeñable que, en algunos casos, incluye informes copiados de Internet, que sólo constan de unos pocos folios o responden a títulos algo estrafalarios. El estudio correspondiente a la mosca mediterránea está dedicado en su mayoría a reproducir gráficas y mapas relativos a la zona de influencia de este insecto. La conclusión del mismo es que los mosqueros que se utilizan habitualmente para capturar a esa mosca no son eficaces.
Otro de los informes a los que ha tenido acceso ABC se titula «Informe sobre la elaboración «business case» de lengua catalana para PlayStation», encargada por el entonces consejero de Gobernación, Joan Puigcercós (ERC), por 3.480 euros. Se trata de 17 folios elaborados por Daniel Sánchez-Crespo.
Consta de 18 folios y fue encargado por la Consejería de Agricultura
El diputado de CiU, Jordi Turull, que lleva meses visitando las consejerías de la Generalitat para acceder a estos informes, asegura que estos trabajos podrían haber sido elaborados perfectamente por funcionarios de la Generalitat. En su periplo, Turull tiene serias dificultades para obtener el precio y la fecha de determinados informes, y en los distintos departamentos se le emplaza a realizar una segunda visita o directamente no se le da cita, como es el caso de las consejerías de Agricultura (PSC) y Acción Social (ERC). Hace justo un año, la Generalitat encargó una auditoría sobre los informes encargados entre 2004 y 2007, instado por CiU y PP, que criticaron el derroche que supone el pago de estos trabajos.
Menos dinero para ONG
A este ejemplo de despilfarro se ha unido ahora el descontrol observado por la Sindicatura de Cuentas en la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo, dependiente del vicepresidente del Gobierno catalán, Josep Lluís Carod-Rovira (ERC). Este organismo fiscalizador ha detectado irregularidades en la concesión de subvenciones y el uso de tarjetas de crédito, así como facturas de comidas de los responsables de la Agencia que disponían de tiquets de restaurante. Se da la circunstancia de que la Generalitat ha recortado este año las partidas destinadas a los proyectos de cooperación exterior, pero aumenta el gasto en personal e informes técnicos.

miércoles, 10 de junio de 2009

No es lo mismo estar agradecido con Argentina que ser una argentina agradecida.


La opinión de Patricia Gabancho en el AVUI. A destacar cuando escribe: "quan et trobes un castellanoparlant a Catalunya furgant cap enrera hi ha un inmigrant o un franquista".


Els meus avis van ser emigrants. Arribaren de països diferents cap a la terra de promissió que era l’Argentina quan s’encetava el segle XX. Si he de ser precisa, l’àvia italiana ja va néixer a Buenos Aires, de família immigrada (els seus pares eren de Roma) i l’àvia irlandesa va arribar-hi de petita, després d’una travessia en vaixell autènticament èpica, durant la qual va morir la part feble de la família, tres criatures. Dels avis, l’un, suís, va acabar tenint una empresa molt pròspera i l’altre, basc, no va sortir mai d’una relativa pobresa, tanmateix digna. Aquest últim era analfabet: a penes adolescent, la família el va pujar al barco i ja t’apanyaràs. No li van donar ni una adreça. Ja de gran, era de tracte sec, molt aspre; un home violent, primitiu. Espanya era això: fa quatre dies encara, la major part de la població rural era analfabeta, la que estava preparant la maleta de cartró per fer el camí cap al nord, fos Alemanya, Catalunya, Madrid o aquell País Basc que havia expulsat el meu avi.

Hi ha, en mi, un petit orgull posat en aquesta saga familiar, malgrat que és força habitual a Buenos Aires. Em representa un substràtum interessant. I haurien d’estar orgullosos els qui comparteixen aquesta aventura, tot i que sóc conscient que una emigració sempre és començar de zero, i implica necessitat i precarietat. Alguna vegada he explicat al meu fill el coixí social que fan els amics de joventut, que són la teva generació i que avancen a mesura que ho fas tu. Podríem fer broma amb els sonors pupitres d’Aznar o amb els financers amics de Zapatero, però no és això: es tracta d’un confort social que l’immigrant llença per la borda. Quan un emigrant se’n surt, una part del mèrit és de la terra que el rep, però un altre tros, i ben gros, és d’ell mateix: de la intel·ligència amb què gestiona les oportunitats, i també les gratituds.

Dic això perquè em sorprèn la irritació que provoca als espanyols que es relacioni la presència (social) del castellà a Catalunya amb paràmetres socio-culturals més aviat precaris. Els posa a mil. Darrera hi ha la pretensió de fer creure que el castellà és consubstancial a Catalunya, com si hagués brollat aquí fa mil anys, però també hi ha la consideració de l’emigració com una mena de vergonya. Però a tot arreu on s’ha fet penetrar una llengua aliena en una societat ha estat per pressió demogràfica, és a dir, per flux migratori –com avui el castellà als Estats Units– o per pressió política colonial. A Catalunya van ser les dues coses alhora. Avui, dècades després, s’ha frustrat la normalització per altres factors, com la nova immigració, el pes dels mitjans de comunicació, el servilisme català o l’escola estovada.

Hi ha, en aquest canvi de llengua social, un altre element també important: l’actitud de la burgesia davant la catàstrofe del 36 i del 39. Hagués estat natural un pacte, tàcit o ideològic, amb el vencedor per tal de mantenir l’estatus, però va ser més profund: van eliminar, de forma profilàctica, qualsevol rastre de catalanitat. La classe dirigent del país va decidir, en un suïcidi identitari, que el catalanisme que ells mateixos havien recolzat des de començament de segle era un error i que calia preservar la descendència de caure en el mateix parany. És clar que el sabien ben sabut, el castellà: la burgesia sempre parla la llengua del poder. I feia temps que s’arrossegava la qüestió del prestigi, però en aquest cas va ser una amputació conscient. I també és cert que, des d’aleshores, ha passat aigua sota el pont i el català ha tornat a ser on era (amb l’excepció dels pijos, que són els fills inútils d’aquesta burgesia).

A vegades, per provocar, dic que quan trobes un castellanoparlant a Catalunya, furgant cap enrera hi ha un immigrant o un franquista. No és cap mal: molta gent ha evolucionat des d’aquí cap a un bilingüisme actiu. El monolingüisme castellà, una o dues generacions després, ja connota ideologia, adscripció o costum, que sempre és escassa flexibilitat i poca apetència cultural. L’ascens cultural costa molt més que el mer ascens social o econòmic, i no és casual que aquest segment social estancat nodreixi el fracàs escolar. Però amb això convivim sense massa friccions, i no serà la política o la llengua qui ho destorbi. Altres coses potser sí.

És interessant un estudi, publicat per la revista Eines de la Fundació Josep Irla, que retrata el nivell cultural dels votants catalans de cada partit a través del consum d’informació (diaris, internet). Resulta que el gruix dels menys sofisticats corresponen al PP! Potser són espanyols molt espanyols que troben que el PSC catalaneja massa. Al costat d’això, fa poc vaig conèixer un taxista andalús que en castellà es confessava independentista perquè no volia que els seus fills haguessin d’emigrar, com ell ho va fer de jove. No cal dir que el tripijoc del nou finançament ens hi durà de cap.

La realitat és, doncs, molt complexa, i si la llengua encara funciona com a indicador social és precisament perquè milers i milers de persones han incorporat el català al seu bagatge demostrant que l’ascens social i cultural és possible i desitjable. El sobiranisme és només un pas més, i tampoc cal que ens hi trobem tots.