miércoles, 26 de agosto de 2009

El tortazo del maestro

Jesús Royo en La Voz Libre.






En la película La ràbia la escena principal es en una escuela de la posguerra, un maestro conmina a un niño a hablar como debe ser, '¡en español!' Y de paso le propina un sopapo descomunal. Naturalmente, aquel niño conserva dentro de sí la rabia para toda su vida. Esa rabia le llevará a la militancia nacionalista –o sea, lingüística.

Estoy seguro de que gran parte de las actuales vocaciones sociolingüísticas provienen de los tortazos de los maestros franquistas. Y quien dice tortazos dice cualquier violencia, cualquier sensación de ridículo, vergüenza o impotencia. Situaciones frustrantes relacionadas con el conflicto lingüístico. Creo que sería una terapia saludable, un ejercicio higiénico y un buen servicio al país, que cada cual explicase aquel 'trauma decisivo' que le llevó a adoptar una militancia determinada. Examinando las respectivas biografías, sobre todo de la gente que manda, quizá nos explicaríamos muchas cosas y nos ahorraríamos algunas decisiones claramente erróneas, que pueden complicar nuestro futuro colectivo.

Explico mi caso. En los años cincuenta, en mi calle sólo se hablaba castellano. Para mí, el catalán era la lengua de algunas familias y de alguna misa en la parroquia. La escuela era toda en castellano, mi lengua. En la adolescencia, descubrí que mis amigos catalanes no habían tenido la misma suerte que yo: se les había negado la escuela en su lengua. Fue por solidaridad con ellos, y por vergüenza por que mi lengua hubiese servido para humillar a mis amigos, que me puse a aprender el catalán con pasión. Tanta, que enseguida lo escribía y a los diecinueve años lo enseñaba.

¿Queréis un pronóstico? La inmersión en la escuela pronto empezará a producir 'militantes castellanistas', fruto de alguna humillación escolar (tortazo y 'en català!'). Y también veremos algunos 'desertores catalanohablantes', avergonzados por el hecho de que se utilice el catalán para humillar a sus amigos castellanohablantes. ¿Os jugáis algo?

sábado, 22 de agosto de 2009

La culpa es de Catalunya


The Financial Times habla de "separatismo cultural" y critica el poder de los diputados "regionales"


http://societat.e-noticies.cat/la-culpa-es-de-catalunya-32005.html

jueves, 13 de agosto de 2009

S´ha de protegir més el català?

Debate en TV3 con las intervencioes de Margaret Manzano y Jesús Royo.

miércoles, 12 de agosto de 2009

sábado, 1 de agosto de 2009

Fachas y lerrouxistas


Jesús Royo en La Voz Libre.



En este país nuestro de banderas al viento, a veces me maravilla qué difícil resulta el noble ejercicio de pensar. Quizá es por pereza -o quizá por el miedo a ser libres, vete a saber-, el caso es que mantenemos unos conceptos que funcionan como 'minas del pensamiento'. Basta con que alguien los indique (¡terreno minado!) para que todo el mundo reniegue y se aparte de ellos como de la tiña.

Hace años, dentro de las izquierdas era el concepto de socialdemocracia. Si te acusaban de socialdemócrata, habías pisado mierda. Tenías que demostrar que no, qué va, tú eras el Che Guevara en persona. Hoy, todo aquel ritual nos da más pena que otra cosa.

Pero aún funcionan unas 'minas mentales', en concreto con los calificativos 'facha' y 'lerrouxista'. El día siguiente de la publicación del 'Manifiesto por la tolerancia lingüística', el chiste de La Vanguardia era un cementerio tenebroso, con la tumba de Lerroux abierta, donde dos enterradores comentaban: “Ha vuelto a salir. Es que no para”. Nadie sabe nada de Lerroux, ni si era de derechas o de izquierdas, ni si tuvo mucho éxito o poco. Sólo queda de él la diapositiva de que propugnaba un “españolismo dirigido a las clases populares catalanas”, tal como dice el diccionario Fabra. O más sencillo y claro: es 'anticatalán'. Terreno minado, vade retro.

Más escandaloso es el adjetivo 'facha'. Proviene de 'fascista', que significa, como todo el mundo sabe, nacionalista totalitario. Pues bien, 'facha', para mucha gente es sinónimo de 'español', sencillamente. La bandera española es facha. Hablar castellano es facha. Hemos visto auténticos fachas -o sea, nacionalistas intolerantes- increpar a gente demócrata al grito de '¡Fachas!'. Y la frase más facha posible, escrita en una pared, decía: “Matar fachas no es un delito: es un deporte”.

Entonces, ¿qué significa facha, qué significa lerrouxista? No quieren decir nada, son rituales sociales expiatorios, sin contenido. No dicen nada acerca de los acusados de ser fachas o lerrouxistas. Sí dicen, y mucho, de los acusadores. Facha es “aquello que no estamos dispuestos a tolerar”. Indica los límites de nuestra tolerancia. Es decir, si señalamos a alguien como facha, quiere decir que es apedreable, silbable, expulsable. O disparable: aún hay gente que aprueba el tiro a la rodilla que le disparó Pere Bascompte a Jiménez Losantos. Por facha.